Cómo cuidar de tu flora intestinal

La flora intestinal o microflora es la organización bacteriana no patógena donde se gestiona una gran parte de nuestro sistema inmunológico y nuestro estado de ánimo.

La Flora Intestinal, nuestro Jardín Desconocido

Cada individuo humano alberga unos 100 billones de bacterias de unas 400 especies distintas (entre 2 y 3 kgs de tu peso total). La gran biodiversidad de especies dentro del ecosistema intestinal facilita la vida y el desarrollo de éste, que incluye no sólo a la microbiota, sino también al individuo humano.

El conjunto es imprescindible para la vida: los organismos unicelulares precisan de colectividad y biodiversidad para desarrollarse normalmente.

La Flora se desarrolla en los primeros dos años de vida

El recién nacido adquiere la flora de su entorno inmediato.

Se han observado diferencias entre niños nacidos por cesárea y niños nacidos por vía vaginal. Así mismo ocurre con la lactancia materna, que desempeña un papel importante en la transmisión de la flora bacteriana de la mamá al bebé, en contraposición con la nutrición mediante leches artificiales.

La madre transfiere sus propias bacterias, a la vez que transmite los elementos de defensa inmunitaria necesarios a través de la mucosa vaginal y de la lactancia materna.

Funciones primordiales de la microflora intestinal:

  1. funciones de nutrición y metabolismo, como resultado de la actividad bioquímica de la flora: las bacterias del colon constituyen un órgano metabólico, similar al hígado, donde las enzimas bacterianas generan una gran diversidad de productos como por ejemplo vitaminas y síntesis del calcio.
  2. funciones de protección inmunitaria previniendo la invasión y proliferación de microorganismos patógenos de índole vírica, bacteriana, parasitaria o fúngica. Esta propiedad de la flora es muy relevante tanto para la prevención de enfermedades como para impedir el sobrecrecimiento de algunas especies oportunistas que ya habitan en nuestro intestino, como por ejemplo el hongo cándida.

Así, por ejemplo, el uso de determinados antibióticos puede alterar el ecosistema dando paso a éstos desequilibrios en la flora.

  1. funciones reguladoras sobre la mucosa intestinal que permiten o impiden la absorción de los elementos que se encuentran en el intestino por el llamado «efecto barrera». A la vez esta mucosa tiene un papel protector del tejido nervioso en esta área (el denominado sistema nervioso entérico) con lo cual incide directamente sobre la salud nerviosa y emocional. Puedes ver más en este artículo: salud intestinal, salud emocional

Indicadores de una flora intestinal desequilibrada:

– Inflamación abdominal, cólicos, gases, estreñimiento o diarrea, problemas digestivos en general, intolerancias alimentarias

– Deficiencias nutricionales, valores vitamínicos alterados, falta de hierro, calcio

– Sistema inmunitario debilitado, propensión a infecciones, cándidas, parásitos

– Insomnio, estados de ánimo alterados, hiperreactividad, ansiedad

– Depresión, apatía, falta de entusiasmo, falta de energía

¿Cómo cuidar de tu flora intestinal?

  1. Una suplementación de probióticos de alta calidad suele ser imprescindible en muchos de estos trastornos tanto en niños (de mas de 2 años) como en adultos, así como para la protección y el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Alimentos probióticos son:

– chucrut fresco no pasteurizado

– miso fresco no pasteurizado

– kéfir de agua o kéfir de leche no pasteurizado

– kombucha

  1. Los prebióticos son ingredientes de la comida altos en fibra y que son alimento para la flora bacteriana, se encuentran presentes en mucha fruta y verdura. Algunos prebióticos son:

– Ajo, cebolla, alcachofas, endibia, remolacha, puerro

– Cereales integrales

– Legumbres

  1. Se recomienda corregir los problemas intestinales con una pauta nutricional y un estudio kinesiológico personalizados y adaptados a cada caso específico.